La segunda década del siglo XIX marcaba una pauta en el complejo estado de guerra originado años atrás en la entonces Provincia de Guanajuato, insurgentes y realistas se mantenían en enfrentamientos pero ya no de manera constante, la reorganización territorial y de mandos políticos implementados a partir de la promulgación de la Constitución de Cádiz permitió a los territorios novohispanos tener representantes ante las cortes del imperio a fin de velar por los intereses de las demarcaciones a las que pertenecían, estaba claro que se pretendía la autonomía de la corona, sin embargo la situación de guerrillas que prevalecía y la ausencia real de una figura conciliadora hacía difícil pensar en esa posibilidad.
La promulgación del Plan de Iguala promovido por el comandante realista Agustín de Iturbide y el insurgente Vicente Guerrero en 1821, dan cuenta del esfuerzo conjunto por consumar el proyecto de independencia. Será precisamente en la entonces Provincia de Guanajuato al poco tiempo que se adhiere y reconoce la independencia de lo que se conocía la Nueva España a través de un manifiesto del Gral. Luis de Cortázar y Rábago en el pueblo San José de Amoles el día 16 de marzo de 1821, secundando esta misma acción otros ayuntamientos.